CASO DE ÉXITO
Fernanda Pardo
La Compañía: Un café para la comunidad
Las lecciones más importantes
🏠 Sé tú mismo: La gente se acerca cuando el lugar tiene alma. La Compañía no quiere ser la cafetería perfecta, sino crear un espacio que refleje su forma de ser. Y funciona.
🤝 La gente feliz hace la diferencia: Un equipo motivado viene con ganas, propone ideas y se la juega cuando hay que apoyarse.
💦 Lánzate al agua: De nada sirve tener el plan perfecto si no te atreves a partir. Los problemas van apareciendo y se van resolviendo.
⏳ Todo a su tiempo: Les tomó tres años ver la luz. Hubo momentos duros, noches sin dormir y ganas de tirar la toalla. Pero resistieron y valió la pena.
🎯 Juega a tus fortalezas: No pierdas tiempo tratando de ser bueno en todo. Enfócate en lo que eres bueno.
La Compañía
La Compañía es una cafetería de especialidad y espacio comunitario en Santiago que evolucionó de un local de talleres a un acogedor café cowork. Además de servir café de calidad, organizan eventos culturales, presentaciones musicales y lanzamientos de libros, creando un ambiente acogedor que se siente como casa.
La historia de
La Compañía
¿Quién está detrás de La Compañía?
Detrás de La Compañía estamos principalmente yo, Fernanda Pardo, que empecé como diseñadora gráfica pero ahora soy diseñadora de todo - me encargué de la remodelación y toda la estética del lugar, que para nosotros es fundamental. También están mis dos socios inversionistas: el papá de mis hijos y mi hermana. Ellos aportaron el capital mientras yo manejo la administración y operación diaria.
Antes trabajábamos en el mundo de las manualidades, haciendo talleres en malls y vitrinas. De hecho, La Compañía comenzó con esa visión - queríamos crear un espacio para talleres y complementarlo con una cafetería. La cafetería fue más bien la excusa para abrir esta casa como centro de talleres, aunque después la situación fue cambiando.

¿Qué es La Compañía y cómo se les ocurrió la idea?
La idea inicial era tener una casa para talleres y gente que viniera a hacer cosas creativas, pero la pandemia nos obligó a cambiar los planes. Como había que mantener distancia y no podían reunirse muchas personas, una cafetería normal o un espacio para talleres no funcionaba. Así que transformamos el concepto a un cowork.
La gente empezó a correr la voz y ahora viene mucha gente a trabajar, pero con un consumo de cafetería normal. Le dimos un enfoque de comunidad y cultura porque es lo que nos apasiona - desarrollar la creatividad y el diseño en un espacio que la gente pudiera disfrutar.
Queremos que cuando vengan a tomar un café, sientan que están en casa. No es nuestra casa real, pero la hemos armado para que se sienta así - un ambiente relajado que va con nuestra personalidad. Tenemos una mini biblioteca donde la gente trae sus libros para intercambiar, organizamos bazares, intercambios de plantas, venta de ropa usada, ferias de las pulgas.
Siempre hay música y constantemente están pasando cosas. No queríamos pararnos desde esa perspectiva común en Santiago de que "no pasa nada". Nos encantaba Buenos Aires por todas las cosas que pasaban allá, y sentíamos que en Chile faltaba eso. Creemos que hemos logrado darle ese giro a este espacio - siempre hay actividades y la gente se siente parte de él. Tenemos clientes que vienen todos los días, algunos solo a conversar.
Somos una cafetería de especialidad con baristas expertos, pero lo que nos hace diferentes es que no nos interesa ganar dinero por ganar dinero. Nos apasiona generar espacios para la comunidad. La gente del barrio está muy contenta - hacemos tocatas nocturnas, viene gente a tocar piano clásico, jazz, y pronto tendremos bossa nova. La gente agradece tener un lugar en el barrio donde puede salir y participar en actividades. Es como una mini casa club donde todos son bienvenidos y pueden disfrutar del espacio que hemos creado con tanto cariño.

¿Cómo armaron lo que tienen hoy?
Todo partió cuando compramos esta casa abandonada con mi ex pareja. Nos tomó como 5 años que fuera realmente nuestra y durante ese tiempo nos separamos, pero decidimos seguir como negocio. Fuimos a ver qué permisos teníamos y uno era para cafetería, que encontramos que era la excusa perfecta para armar cualquier negocio.
Recomiendo que cuando alguien quiera partir un negocio, no piense tanto en todo lo que viene porque son tantas cosas que si uno se pone a pensar en todo, no parte nunca. Las cosas se van abordando a medida que vas tomando acciones.
Si no partes porque "qué voy a hacer con esto y esto", no vas a partir nunca. Hay que partir nomás y las cosas se van alineando, vas encontrando respuestas a las cosas puntuales. Además, partir un emprendimiento requiere mucha paciencia - no es de un año para otro ni de dos años para otro, es un proceso largo. Hay que valorar y honrar el camino.
Durante la remodelación a veces teníamos que parar porque no había plata para seguir. Había meses que estaba parado. Con nuestros trabajos fuimos pagando la remodelación. Después de año y medio la casa ya estaba lista, pero justo cayó la pandemia y tuvimos que sostener. Afortunadamente los bancos fueron comprensivos y nos dieron posibilidades de aplazar, entonces pudimos aguantar.
Cuando ya pudimos arrancar, fuimos paso a paso. ¿Qué hay que hacer ahora? Comprar una máquina, ya. ¿Qué más? Las tazas. Fuimos armando la situación y ahí venía la parte más importante: conseguir un barista que supiera de café. Yo tomé un curso de barista porque sentía que necesitaba entender lo que era un buen café, meterme en este mundo.
Algo muy importante fue que durante la remodelación, como yo ya tenía un Instagram con hartos seguidores de mi emprendimiento anterior, hicimos un Instagram de la cafetería que se llamaba "Viva la Casa" y mostramos toda la remodelación. Nos auspició una marca que se llamaba Innova (ahora MK) y nos pasaron el piso, los baños, con el fin de que mostráramos sus productos, hiciéramos tutoriales. La cuenta empezó a crecer y antes de partir ya teníamos 9000 seguidores. Había mucha gente que quería ver cómo iba quedando la casa.
Cuando por fin abrimos nos dimos cuenta que teníamos millones de falencias - teníamos la máquina de café pero nunca habíamos tenido una cafetería. No sabíamos cómo funcionaba la cocina y estaba mal diseñada. Perdimos plata por no saber - no teníamos refrigeradores pensados ni muchas cosas que facilitaban la operación. Pero armamos un equipo muy comprometido que nos ayudó a salir adelante y seguir creciendo de a poco. Eso nos permitió volver a implementar toda la situación de la cocina para tener una cafetería de buen nivel.
Fuimos aprendiendo observando y estando siempre presentes. Por ejemplo, al principio no teníamos bandeja porque eran caras. Llevábamos las tazas en la mano y nos demorábamos mil horas. Cuando por fin compramos la bandeja no podíamos creer que hubiéramos estado tanto tiempo sin una.
Los proveedores fueron llegando solos. Al principio conocíamos a la dueña de una pastelería que nos traía todo, pero después empezó a llegar gente ofreciendo sus productos. Como el 70% de nuestros proveedores son gente que ha venido a ofrecer sus cosas y los hemos incorporado.
Hoy día lo que mejor nos va son los brunchs, los talleres cuando la gente pide comida, los lanzamientos de libros - eventos donde viene mucha gente y pide muchas cosas. Es como un win-win: mucho esfuerzo pero poco tiempo concentrado. Las salas de reuniones son súper importantes, y también estamos haciendo algunos conciertos nocturnos. El flujo de gente ha aumentado considerablemente.

¿Qué han hecho para conseguir más clientes en este tiempo?
Fue clave haber hecho el Instagram cuando estábamos remodelando. Ya nos conocía mucha gente y cuando abrimos teníamos 15 mil seguidores. No es que eso te haga más importante, pero es atractivo para los proveedores y la gente que te quiere conocer.
La experiencia anterior también ayudó mucho. Uno piensa que al cambiar de rubro pierde todo el trabajo hecho, pero los siete años que trabajé antes me hicieron un camino - conocí a mucha gente que después vino a apoyar esto.
Llevamos tres años y recién este año nos está yendo mucho mejor. Estamos en un barrio tranquilo y es difícil que llegue la gente, pero hacer cosas constantemente ha ayudado. Colaboramos con lanzamientos de libros y emprendedores que necesitan espacio. A algunos les cobramos, a otros les pasamos el espacio gratis para que traigan gente.
Las redes sociales son importantes y las mantenemos activas, pero ha sido mucho el boca a boca. Hay gente que valora el relajo de este espacio y hay otros que no, pero los que vienen y les gusta la onda se quedan.
Algo importante es que no aceptamos gente conflictiva o maleducada. Este espacio es grande pero no caben más de 50 personas, entonces no gastamos energía en caerle bien a mil personas. Nos interesa que vengan 50 personas que mantengan la buena onda. A veces somos demasiado pragmáticos, pero diferenciarnos hace que venga el nicho que queremos.

¿Cómo afrontaron las áreas donde no eran expertos?
El orden financiero aún sigue siendo lo más complicado de llevar. Al principio nos ayudaba un sobrino muy ordenado con los pagos y facturas, pero ya no está en Chile. Manteniendo esa estructura hemos sido ordenados pero muy a lo básico, con un Excel donde anotamos todo.
Tenemos un contador bueno en el que sí invertimos plata porque le pedimos varias cosas. Igual cometimos errores cuando partimos, como vender cuchuflis más baratos que lo que nos costaban, pero son cosas que te pasan en el camino y vas aprendiendo a no equivocarte de nuevo.
Al principio poníamos precios sin pensar en el costo total. Pensábamos "¿cuánto podría costar un pan con palta y jamón que no sea muy caro?" sin considerar nada más. Después llegó mi hermano ingeniero y nos explicó que en los precios hay que incluir el sueldo del equipo, el arriendo, la luz, el agua. Estuvimos como año y medio siendo "la cafetería barata" pero no ganábamos nada.
Ahora que mi hermano nos ordenó esto hace como un año, entendemos mejor. Nos armó un Excel donde ponemos los costos y nos calcula el precio solo. Con eso hemos tenido un avance considerable - pudimos comprar otro molino, hacer reajustes en los sueldos.

¿Necesitaron financiamiento para comenzar?
No pedimos nada al banco para el proyecto en sí, pero sí pedimos pequeños créditos para comprar cosas grandes como la máquina. Mi hermana se metió de inversionista y también puso capital.
Como nos demoramos tanto en tener la cafetería activa - como tres años - tuvimos tiempo para ir comprando las cosas de a poco.
¿Cómo va el negocio actualmente?
Estamos vendiendo semanalmente entre CLP $3.000.000 y CLP $4.000.000 (USD $3k-4k). Antes sacábamos menos de la mitad que eso y era muy poco, nos atrasábamos con los proveedores y era muy tenso todo. Pero ahora estamos mucho más holgados y podemos hacer algunas cosas con más relajo. Por ejemplo, el año pasado cuando necesitábamos un toldo yo iba a comprar un pedazo de género y lo ponía yo misma, este año nos dio para comprar uno ya hecho.
Sentimos que la gente ahora tiene más dinero para gastar. Tenemos un mercadito de productos de emprendedoras que dejan acá, que es como para regalos si tienes que venir a comprar. Estuvo mucho rato parado y nadie compraba nada, pero estos meses se han vendido muchas cosas - con eso nos damos cuenta que estamos mejorando.
Durante tres años no nos pudimos pagar sueldo y vivíamos entre que nos iban a cortar la luz y era muy desesperante. Pero resistimos ese tiempo y me agradezco ahora de haberlo hecho porque en el fondo sabía que esto iba a resultar. En cierto momento estábamos sobrepasados, pero ahora ha sido un mes súper esperanzador, como que al fin. Al fin podemos respirar un poco más.

¿Qué desafío importante se encontraron en el camino y cómo lo solucionaron?
Nos encontramos con el desafío de manejar un equipo después de estar acostumbrados a trabajar solos. Tuvimos que aprender a empatizar con el trabajo de cada persona, porque cuando estás afuera es fácil dar opiniones, pero cuando estás adentro es otra cosa.
Ahora somos un equipo de 8 personas, pero los turnos son de 3, lo que a veces resulta insuficiente cuando el local está lleno y colapsado. Nos atormenta un poco decidir cuándo contratar más personal porque ha pasado que contratamos y luego no viene nadie, y tenemos que cubrir ese sueldo. Es complicado manejar bien el equipo y evitar que haya mucha rotación.
Nuestro mayor desafío ha sido crear un equipo estable y mantener a la gente contenta. Tratamos de adaptar los horarios para que puedan hacer deporte o tener su propia vida. Yo trabajé hace un tiempo con un jefe insoportable y déspota, entonces trato de hacer todo lo contrario con mi equipo.
Creemos que cuando tienes un equipo contento, te apoyan, y con ese apoyo el negocio sale adelante. Es importante no pensar que tus prioridades son más importantes que las del resto. Al final, es un acto humano más que retener gente.

¿Qué le recomendarían a alguien que está partiendo su emprendimiento?
Creemos que emprender no es para todos - hay gente que está más cómoda recibiendo un sueldo fijo y trabajando tranquila. Aunque ahora está de moda emprender, puede ser agobiante y estresante. Pero si eres una persona que ha superado muchas cosas y le gusta empujar para adelante, quizás el emprendimiento es lo tuyo.
Para partir, hay que lanzarse nomás. Las cosas se van dando: aparecen fondos, gente que quiere apoyar, oportunidades. Cuando partes, todo empieza a moverse. Pero lo más importante es que tu negocio tiene que reflejarte a ti. Como nuestra cafetería - es un poco relajada, un poco desordenada, pero acogedora. La autenticidad es clave porque la gente lo nota y conecta con esa energía real. No estamos hablando de misticismos - es algo que se siente cuando el lugar va de la mano con quien eres.
No hay que agobiarse pensando en lo que viene después. Hay que vivir el día a día porque los problemas son más terribles en la cabeza que en la realidad. Cuando las cosas son auténticas, todo se alinea.
¿Qué herramientas, servicios o software son indispensables para su día a día?
Estamos bastante prehistóricos en cuanto a tecnología. Solo tenemos un software básico para cobrar y registrar productos, pero incluso con eso estamos en deuda. De hecho, estamos postulando a un fondo para implementar un sistema más tecnológico en la cafetería - que las comandas salgan directamente en la cocina y que no tengamos que estar gritando los pedidos.
Parte de esto se debe a que estamos en múltiples funciones: manejamos el Instagram, respondemos mensajes y correos, vamos a comprar insumos... no nos da el tiempo para implementar o estudiar nuevas herramientas. Pero ahora que nos está yendo mejor y estamos saliendo del "fase de supervivencia", ya no tenemos que estar corriendo al mercado a cada rato. Quizás pronto implementemos algún sistema más moderno.

¿Recomendarían algún libro, perfil de redes sociales o sitio web que les haya ayudado a crecer?
Nosotros creemos que ser un buen líder y crecer como emprendedor tiene más que ver con conocerte a ti mismo que con libros específicos. Aunque escuchamos speakers como Rodrigo Saá, lo fundamental es el desarrollo personal. Es importante creer en uno mismo, conocer tus fortalezas y debilidades.
Para emprender, hay que tener clara noción de quién eres, tus valores y hacia dónde vas. Como las grandes cadenas que quieren ser humanas y no les resulta - no resuenan porque no son auténticas. Entonces, para ser buen líder necesitas conocerte absolutamente, saber lo que puedes y no puedes lograr.
Nos enfocamos en lo que somos buenos. Las cosas en que somos malos ni siquiera tratamos de aprenderlas - no vamos a ser los mejores en Excel, mejor potenciamos lo bueno. Es importante saber tus límites, qué vas a aceptar y qué no, qué tipo de gente quieres en tu equipo. No necesitas conocerte completamente para emprender, pero sí es un camino de autoconocimiento importante.