CASO DE ÉXITO
Jorge Jaqueih
Calcetines Bacanes: Cuando la marca lidera el camino
Las lecciones más importantes
🎨 Construir una identidad de marca sólida es lo principal. Va a ser lo que te diferencia del resto.
💰 El manejo del flujo de caja es algo que puede matar a tu negocio si lo manejas mal, incluso si tienes un negocio sano.
🤝 Si vas a buscar socios comerciales que inviertan, es importante que aporten valor más allá del financiamiento.
⚡ La automatización es clave para un escalamiento saludable - trata de implementarla temprano.
📊 Entender completamente tus números y márgenes es fundamental para el crecimiento.
Calcetines Bacanes
Calcetines Bacanes es una marca chilena fundada por Jorge Jaqueih que combina diseños divertidos con calidad a precios competitivos. De un emprendimiento casero a una presencia nacional en retail, han crecido hasta vender más de 100.000 pares anualmente a través de e-commerce y con presencia en más de 120 tiendas físicas.
La historia de
Calcetines Bacanes
¿Quién está detrás de Calcetines Bacanes?
Detrás de Calcetines Bacanes estoy yo, Jorge Jaqueih, publicista de profesión. Me he dedicado al marketing desde 2007, con una larga trayectoria en retail. Los primeros cuatro años estuve solo yo, y luego se fueron sumando algunas personas más.
He tenido la suerte de trabajar en marcas donde el marketing es el corazón del negocio, porque es algo que he buscado y seguido con pasión. Estuve dos períodos en Nike, tres años en North Face, y dos años en Casa Ideas, siempre en roles de liderazgo de marketing.
Hay un patrón común en todas estas empresas: el marketing es el alma de la marca. Ya sea una marca deportiva, de outdoors o de productos para el hogar, desde ahí nace todo.
Por supuesto que el producto es fundamental, pero el marketing es donde todo comienza. Esto me ha llevado a amar las marcas y a entender que para los consumidores va mucho más allá de una simple oferta comercial.
Soy apasionado de las marcas y entiendo cómo funcionan en el corazón y la mente de los consumidores. Es fascinante ver cómo las empresas han comprendido que la conexión con sus consumidores es realmente importante.
En lo personal, soy papá, casado, con dos hijos. Amante de los deportes, curioso por naturaleza, me gusta leer, me gusta salir. Como todos, me encanta viajar, pero especialmente soy muy de la naturaleza y del outdoor. Me gusta estar en constante movimiento y soy un tipo bien curioso en varios aspectos de la vida.
¿Qué es Calcetines Bacanes y cómo se les ocurrió la idea?
La verdad es que la idea llegó a mí sin buscarla. Estaba feliz trabajando en una empresa y siempre me había proyectado trabajando en lo corporativo toda la vida.
Todo empezó porque estaba buscando calcetines para mí mismo, algo entretenido con diseños entretenidos, con animales, frutas, cosas así. Pero cuando buscaba, me encontraba con dos opciones: o eran marcas con buen diseño pero muy caras, o productos más económicos pero de mala calidad y con pésimos diseños. Ahí vi que había una brecha que la industria no estaba cubriendo.
Empecé a buscar en Internet, donde la oferta es infinita, y comencé a comprarme calcetines para mí. Encontré que había buen producto con buen diseño y empecé a traer más. En algún momento vi una oportunidad y me compré 200 pares.
Los llevé a un asado familiar, así nomás, todavía sin buscar fábricas ni nada, más por curiosidad que por buscar algo comercial. ¡Y volaron! Los primos que llegaron tarde al asado me preguntaban "¿Por qué no trajiste más?" "¡Qué bueno está esto!". Y ahí dije "Chuta, aquí hay una oportunidad de verdad".
¿Cómo armaron lo que tienen hoy?
Cuando empecé, me enfoqué en dos grandes cosas en paralelo. Primero, la marca - mi visión del negocio basada en mi experiencia en la industria. Me di cuenta de que tenía que crear una marca antes de buscar un producto, porque en la industria de la ropa la barrera de entrada es muy baja, especialmente hoy. Cualquiera con presupuesto y tiempo puede encontrar buenos proveedores, pero lo difícil es crear una marca que enganche, que sea relevante y darle continuidad.
Por otro lado, estaba la búsqueda de productos. Cuando partí hace cinco años, usé las plataformas e internet. Te metes a Google y encuentras fábricas en China de la industria que quisieras.
La clave es ser busquilla y entender que esto funciona como una relación humana - entras en un chat donde tienes que escribir a proveedores y manejar una relación.
Comencé con una planilla Excel muy simple: proveedor, nombre, producto y comentarios. Empecé con 15-20 proveedores, los catalogué según sus respuestas, precios y productos. Me quedé con 5-6 y comenzamos el proceso de muestras - algunos te las mandan gratis, otros cobran un mínimo.
Al principio no diseñaba calcetines como hago hoy, sino que veía PDFs con millones de diseños y elegía los que me gustaban. Empecé con cinco proveedores, rápidamente me quedé con cuatro, después con dos y finalmente con uno, con quien trabajé los primeros dos años.
Los encontré principalmente en Alibaba, que es como estar en una feria en China - puedes comprar desde contenedores y casas prefabricadas hasta un par de calcetines. Te puedes volver loco porque ves millones de oportunidades, así que tienes que estar enfocado en lo que buscas o es muy fácil perderse con otro tipo de productos. También está Made in China y otras plataformas que son buenas porque te estructuran la conversación por chat y las formas de pago. Todo es muy amigable y puedes mantener varias conversaciones ordenadamente.
Después tuve que entender partes del negocio que no eran mi expertise, como consolidar la carga, encontrar un forwarder que me la trajera y hacer el proceso de aduanas. Aprendí que cuando en china te venden un producto, puede ser en diferentes modalidades: en la puerta de su fábrica (EWX), en el puerto (FOB) o puesto en tu país.
Tuve que encontrar buenos proveedores logísticos y agentes de aduana. Aprendí mucho hablando con ellos por teléfono, preguntándoles sobre el proceso porque estaba partiendo y necesitaba entender todas las siglas y documentos. Por ejemplo, cuando traes más volumen tienes que pagar impuestos, pero si tienes certificado de origen puedes descontar un porcentaje. Hay muchas cosas que si no las sabes, estás pagando de más y tomándote mayor tiempo. Recomiendo preguntar todo.
Al principio era súper amateur - compraba a china, me llegaba el producto a mi casa y la convertí en bodega. Tenía tomado el living, las piezas de los niños, después me fui donde mi mamá. Te tomas una casa si es que no tienes algo.
Partí consolidando ventas dos veces por semana en Starken, con unas 10 etiquetas semanales. Pero eso no era escalable - si me ponía a preparar los pedidos perdía tiempo en lo más importante que hace crecer el negocio. Los primeros seis meses hice prácticamente de todo y después fui tercerizando cosas y automatizando procesos.
Partí oficialmente en enero del 2020, pero en realidad empecé en agosto del 2019 con una cuenta de Instagram. Sacaba fotos a los productos y vendía por mensajes directos, lo que era cero escalable - tenía 20 mensajes que se traducían en dos ventas, así que para generar 10 ventas necesitaba 200 conversaciones. Además, tenía que coordinar el despacho, si venían a retirarlo... Por eso en enero del 2020 lancé mi e-commerce y corté de raíz las ventas por Instagram. Todo pasó a calcetinesbacanes.com.
Primero abrí una página en Wix, que no es realmente una plataforma para e-commerce. Después de cuatro meses me cambié a Shopify, que es probablemente la plataforma más importante a nivel mundial. No solo te permite montar un e-commerce, sino que es como tener un gerente comercial - te da reportes de venta, información sobre productos más vendidos, maneja el stock, el inventario. Si aprendes a manejarlo y le sacas el jugo, puede ser un tremendo panel.
La plataforma es muy amigable tanto para el vendedor como para el consumidor. Tiene infinitos templates, conexión con muchas aplicaciones y si realmente le quieres sacar jugo a tu e-commerce, tienes que hacer muchas cosas dentro de tu sitio - automatizar, crear packs de productos, promociones ajustadas, pop-ups de bienvenida, trackeo de clientes, correos automatizados. Si lo haces manual te vuelves loco, pero Shopify y sus aplicaciones te permiten escalar estas automatizaciones que son sumamente relevantes. Después de cinco años sigo dando vueltas y pasando horas en mi página buscando cosas y optimizando.
Desde 2020 hasta hoy he cambiado de proveedores logísticos, de proveedores en Asia, de publicidad... he pasado por todo. Con algunos ya tengo una buena relación y vamos haciendo ajustes en los procesos que necesito para que mi negocio funcione.
¿Qué han hecho para conseguir más clientes en este tiempo?
Nos enfocamos en tener buen contenido - fotos, videos, descripciones y fotos de lifestyle de todo el mundo alrededor de los calcetines. Tratamos de comunicar esto de forma clara y simple al consumidor. Meta (Facebook e Instagram) fue nuestro gran partner de ventas los primeros tres años, aunque hoy también usamos TikTok, YouTube y otras plataformas como Pinterest.
Con Meta fuimos aprendiendo a segmentar mejor. Al principio teníamos que decidir a quién hablarle dentro de 18 millones de chilenos con un presupuesto limitado. No podíamos hablarle a todos porque la plata era acotada. Segmentamos por ciudad, demografía, edad, pero eso no era suficiente.
Hoy hay muchas herramientas de automatización dentro de estas plataformas que hacen que llegues a un público mucho más acotado y de mejor manera. Es muy diferente hablarle a alguien que no te conoce versus alguien que ya ha estado en tu sitio pero no ha comprado, o que está en tu Instagram o te escuchó alguna vez - a uno tienes que contarle de qué se trata y al otro ofrecerle promociones como "paga 3 lleva 4".
Durante los primeros tres años nos concentramos en eso, y luego empezamos a sumar otras herramientas como influencers y la generación de contenido por usuarios.
También fue clave presentarme como Jorge, el fundador de Calcetines Bacanes, acercando a los consumidores a una persona normal que está emprendiendo con un buen producto a precio competitivo donde todos ganan. La tasa de recompra del 30% nos confirma que tenemos un buen producto.
En el cuarto año empezamos a tocar puertas en el retail físico. Fue volver al mundo más antiguo de relaciones personales - llamar, mandar correos, conseguir contactos de dueños de tiendas y distribuidores.
Nuestro primer cliente importante fue Bamers del grupo Yáneken (dueños de Belsport, Bold, Drops). Nos reunimos con el encargado comercial, inicialmente para otra marca, pero vio mejor calce con Bammers. Después de dos o tres reuniones con muestras y prototipos de muebles, empezamos con 10 tiendas de prueba. En tres semanas ya estábamos en 36. Nos gustó que se la jugaron por una marca no tan conocida pero con buena oferta en términos de marca y producto. Aprendimos la importancia del punto de venta, la exhibición y entrenar bien al personal de tienda para que transmitan bien la información a los clientes.
Después entramos a Gino (dueños de Pollini, Panama Jack, 16 Horas), una de las zapaterías más importantes y antiguas de Chile, con otras 35 tiendas. Luego entramos a Dimarsa en el sur, y así fuimos sumando más tiendas chicas. Hoy estamos en más de 120 puntos físicos y seguimos buscando más canales.
Aunque el e-commerce es el futuro, en Chile solo representa el 15% del retail (en Estados Unidos apenas llega al 18%). Si queremos crecer, necesitamos estar en tiendas físicas porque más del 80% de la venta sigue siendo física.
Es un círculo virtuoso porque alguien que nos conoce en una tienda luego puede comprar en nuestro e-commerce donde tenemos un mix más completo. Con nuestros partners retail trabajamos para darles productos novedosos y exclusivos, manteniendo buenos márgenes para todos. No queremos llevarnos todos sus clientes - si alguien ha ido 100 veces a Bammers, queremos que siga yendo y darle buen servicio desde nuestro lado.
Hoy nuestros pilares son: diseño, precios competitivos y una marca atractiva. En e-commerce nos enfocamos en rentabilizar al máximo con buenas automatizaciones - emails de primera compra con descuento, recuperación de carritos abandonados, contacto con clientes que no han comprado en seis meses pero siguen visitando. También es clave contar historias nuevas cada mes porque si te quedas con tu producto ganador y la misma publicidad, en seis meses no vendes nada. Hemos trabajado con diferentes agencias - lo hemos hecho nosotros, con amigos, con agencias chilenas y hasta argentinas.
Para retail físico, cada mes y medio o dos meses elegimos un mall, entramos a todas las tiendas, vemos qué calcetines tienen y anotamos oportunidades. Ya nos conocemos los malls de memoria. Cuando vemos una oportunidad, buscamos contactarlos por LinkedIn o alguien en común.
Ya tenemos 4-5 años de historia que nos ayudan a entrar en esas conversaciones con una presentación sólida. Aún así es difícil porque hay mucha resistencia al cambio - hay gente que dice "ya tengo mis cuatro calcetines con mi proveedor, ¿para qué meter otra marca?". Pero los que se han atrevido han tenido muy buenos resultados.
De 20 puertas que tocamos, 5 nos dan reunión y cerramos con uno, pero ese uno te puede cambiar el año. Con algunos de los retailers más grandes llevamos un año en conversaciones y vamos a seguir insistiendo hasta que nos cierren la puerta o lo logremos - y creemos que lo vamos a lograr. Son otros tiempos comparado con e-commerce donde pones una pauta publicitaria y a las 4 horas ya estás vendiendo. Esto puede tomar 5-6 meses o hasta un año, pero somos perseverantes porque sabemos el impacto diferencial que puede tener para nuestro crecimiento futuro.
¿Cómo afrontaron las áreas donde no eran expertos?
En mi caso, lo que mejor se me da es el marketing. La parte comercial y ventas tiene mucho de eso, así que ahí me muevo bastante bien. Pero cuando hablo de la parte financiera, tributaria, y especialmente todo lo que tiene que ver con importación y comercio exterior, solo tenía nociones bien básicas.
Así que empecé haciéndolo todo yo mismo, tratando de entender y hacer las cosas lo mejor posible. Por ejemplo, algo super concreto: armé mis planillas de Excel para llevar las ventas, los márgenes, los costos. Lo hice como creía que se tenía que hacer. Pero después de un tiempo dije "ya, necesito ayuda con esto".
Y ahí fue clave no tener ninguna vergüenza de preguntar. Empecé a contactar amigos que trabajan en el mundo de retail en áreas comerciales. Les decía "oye, ¿puedes mirar mi planilla a ver si está bien o si me estoy haciendo algo mal?" Después me juntaba con ellos y eso me ayudaba mucho a sentirme más seguro y aprender.
También me acerqué a ex colegas, por ejemplo del área de logística. Le pedía que me explicara los procesos, cómo funcionaba todo cuando hablaba con proveedores o empresas. Iba tomando notas y si había algo que no entendía bien, no tenía problema en pedir que me lo expliquen de nuevo. Era como volver al colegio, aprendiendo todo desde cero.
Este proceso me llevó los primeros cuatro años. Ahora ya es distinto porque tengo socios que me dan soporte en esas áreas donde no soy tan experto. Me di cuenta que si quiero hacer crecer esto en serio - o sea, pasar de vender 200 mil pares de calcetines a un millón - necesito tener buenos partners adentro que manejen esas áreas donde yo no soy experto.
La clave de todo fue preguntar sin miedo y sin vergüenza. Al principio no quería mostrar mis planillas de Excel, pensaba "voy a quedar como que no entiendo nada". Después me di cuenta que no era para tanto.
Mi amigo financiero me decía "mira, hay un par de cosas conceptuales que yo cambiaría, pero lo que tienes acá refleja lo que tenías en la cabeza y está bueno". Al final me di cuenta que era más el miedo y la vergüenza que tenía que la realidad misma.
¿Necesitaron financiamiento para comenzar?
Para empezar, metí todos mis ahorros en este proyecto, literalmente todo lo que tenía, y eso me dio aire para mantenerme durante tres años. Ya para el cuarto año, tuve que salir a buscar financiamiento. Lo que hice fue armar una estrategia bien estructurada y un plan de negocios - básicamente agarré todo lo que tenía en mi cabeza y lo puse en una presentación, tratando de que mi Excel y todos mis números se alinearan con esa visión. Una vez que tuve ese producto listo, me dediqué a juntarme y tomar café con la mayor cantidad de gente posible. Y en una de esas, conocí a unos socios, unos inversionistas que entraron con un aumento de capital a Calcetines Bacanes.
Mi primera experiencia con estos socios, hace como dos años, fue con inversionistas puros y duros - gente que pone plata porque quiere meter uno y sacar dos en un período determinado. Con el tiempo me di cuenta que eso no era lo que yo realmente necesitaba.
Lo que yo andaba buscando era alguien que no solo metiera plata, sino que se metiera de verdad en el negocio, que me entregara valor agregado y conocimiento en áreas que no son las mías. Entonces, hace un año, esos primeros socios vendieron su parte a unos nuevos socios que son gente que no solo me pone recursos, sino que además me aporta cabeza, área financiera, conversación, directorio. Ahora tengo una estructura totalmente diferente a lo que tenía con mi primer aumento de capital.
Una de mis grandes lecciones con el tiempo es que yo tenía un slogan personal que era "One People Company". (mal dicho a propósito) y jugaba con esa palabra porque yo quería ser sólo en mi proyecto. Me di cuenta que esa era una vía equivocada - necesito gente que esté conmigo pensando detrás, no solamente que me aporten desde un aspecto financiero, tributario o de comercio exterior, sino que también desde la estrategia.
Hoy día tengo socios que están metidos en el mundo del retail, que conocen la industria, que tienen muchos años de experiencia. Las conversaciones son super variadas - algunas son sobre cosas operativas como flujo de caja, pero también tenemos conversaciones estratégicas sobre qué líneas de productos queremos apostar al próximo año o en dos años más, qué tipos de calcetines queremos explorar, qué tipos de clientes o canales de distribución queremos desarrollar. Este tipo de conversaciones me han dado mucho valor y esto no lo tuve desde el principio.
Entonces, para mí esa ha sido una de las grandes lecciones. Si es que partiera otro proyecto, yo no creo que lo parto solo.
¿Cómo va el negocio actualmente?
Este año vamos a estar vendiendo alrededor de 100.000 pares de calcetines, lo que para nosotros es bastante bueno. También tenemos otros proyectos con diferentes líneas de producto. La verdad es que el mundo del retail es muy atractivo - te dan ganas de meterte a hacer otros productos. Si vendemos calcetines, ¿por qué no vender poleras, gorros, calzoncillos y ese tipo de cosas?
Hemos tenido algunos intentos con otros productos pero no dimos cuenta que nuestro foco es nuestra marca de calcetines bacanes. Ha sido todo un trabajo estratégico este año para saber para dónde queremos ir. Vemos muchas oportunidades buenas, pero tenemos que saber bien cómo jugarlas.
En términos de números, este año vamos a cerrar con 120-130 puntos de venta y cerca de 100.000 pares de calcetines vendidos. En ventas estamos hablando de unos US$ 300.0000 - aunque todavía nos quedan dos meses que pueden mover la aguja bastante.
Estamos creciendo a una tasa del 20% comparado con el año pasado, y la verdad es que esperamos que el próximo año sea mucho más agresivo. Estamos haciendo varios esfuerzos para que el 2025 sea potente.
La parte institucional, o sea el B2B (Venta de Negocio a Negocio), es algo que esperamos desarrollar bastante. Nuestra venta a público final está bien, va a seguir creciendo a una tasa cercana al 20%, pero creemos que la gran oportunidad está en el B2B. Eso sí, es un esfuerzo más lento, requiere más conversación, procesos y generar confianza. Por ejemplo, hace un par de años le vendimos calcetines a Copec - en una sola orden de compra nos pidieron 20.000 pares. Eso puede ser el 10, 15 o hasta 20% de tu año.
Sobre el tema del nombre "Calcetines Bacanes", es algo que nos ha perseguido sobre todo el último año y medio cuando empezamos a ver otros tipos de productos. Hay marcas similares afuera, como Happy Socks que es probablemente uno de los más grandes del mundo, y ellos venden poleras y calzoncillos bajo su marca de "calcetines felices". Ese podría ser un camino. También hemos explorado crear una marca nueva, pero probablemente nos vamos a ir por mantener Calcetines Bacanes porque es la marca que la gente conoce y que ha enganchado.
¿Qué desafío importante se encontraron en el camino y cómo lo solucionaron?
El primero, y uno de los más dolorosos, ha sido el tema del flujo de caja. Es un problema serio porque las pymes o proyectos chicos pueden desmoronarse no por un mal negocio, sino por un tema de flujo. En nuestro caso es especialmente complicado porque compramos en China - imagínense que pedimos 100 unidades, se demoran 2 meses en llegar acá, y después cuando se lo vendemos a un cliente, nos paga en 2 meses más. O sea, tenemos la plata estancada por 4-6 meses. Este fue uno de nuestros mayores dolores y por eso decidimos traer a un nuevo socio, para compartir las finanzas y el flujo, y así llegar a un resultado más óptimo.
El otro desafío fue más estratégico y conceptual: cómo expandir nuestro mix de productos. Es toda una conversación sobre bajo qué marca y concepto hacerlo. Sea que queramos vender calzoncillos, calcetines o relojes, el tema es cómo venderlo. Porque hoy cuando alguien llega a nuestra página buscando calcetines y le ponemos un sombrero, aunque le guste, no es lo que está buscando. Entonces el ejercicio es cómo ampliar inteligentemente nuestro mix y construir una marca más robusta que nos permita agarrar un pedacito más grande del mercado.
También tuvimos un golpe durísimo con Instagram. Como nuestro objetivo era ser una marca potente, llegamos a tener 150.000 seguidores - éramos la marca de calcetines más grande de Latinoamérica en términos de comunidad. Pero perdimos la cuenta por un error nuestro: subimos unas pantuflas que compramos en Asia, cuyo diseño resultó ser de un artista de Estados Unidos.
Era un ejercicio pequeño, trajimos como 300 pantuflas para probar si enganchaba con nuestros consumidores. De las 400 publicaciones que teníamos en Instagram, fue solo 1 foto, pero los abogados del artista nos denunciaron a Facebook. Como los norteamericanos son muy estrictos con la propiedad intelectual - es blanco o negro, no hay grises - perdimos la cuenta.
Hicimos todo lo humanamente posible por recuperarla. Hablamos con muchas personas, incluso con chilenos que trabajaban en Facebook allá. Por nuestra inversión tenemos acceso a ejecutivos, pero tampoco funcionaba. Finalmente, una chilena que trabajaba ahí nos dijo "olvídalo, por este tema de propiedad intelectual no vas a recuperar la cuenta". Nos tomó como tres semanas decidir entre seguir peleando o empezar de nuevo.
Esto nos afectó en dos formas importantes: primero, perdimos una base de seguidores para publicidad - gente que nos conocía y estaba más cerca de comprar. Segundo, perdimos ese número impresionante que nos ayudaba en negociaciones con retailers grandes como Falabella - cuando les decías que eras la comunidad de calcetines más grande de Latinoamérica, con buen engagement y mucha interacción, entendían el poder de tu marca.
Pero no todo fue volver a cero - teníamos nuestra base de más de 50.000 clientes en Shopify con sus correos. Igual fueron como tres o cuatro pasos para atrás. Y no solo en lo objetivo del negocio - también está lo emocional y el ego.
Ya pasó más de un año y aunque jamás pensamos que nos pasaría algo así - especialmente porque entendemos lo delicado que es el tema de propiedad intelectual por experiencia trabajando en Nike y North Face - no es el fin del mundo y seguimos adelante.
¿Qué le recomendarían a alguien que está partiendo su emprendimiento?
Primero que nada, encontrar un muy buen partner es fundamental. Alguien que comparta la visión, entienda la "adicción" y sea apasionado.
Hemos visto que los proyectos que realmente despegan son donde alguien está dedicado 100%. Cuando estás con un trabajo y el proyecto a medias, es muy difícil que escale. Entendemos que tirarse al vacío y dejar el trabajo como empleado es un riesgo alto y a veces incompatible con la realidad de cada uno, pero en algunos casos vale la pena. Si no eres tú quien está metido 24/7, alguien tiene que estarlo, sino las posibilidades de que esto despegue son más bajas.
Otro punto importante es tener claros los números del negocio. Hay muchos costos que uno no tiene en el radar y que son claves de identificar. Hay que saber cuánto cuesta el producto puesto en diferentes puntos: si me cuesta X, puesto en tu país cuesta X+1, y en la puerta del cliente X+2.
También hay que entender cuánto cuesta atraer a cada cliente. Esta matemática puede ser algo simple como escribirlo en un papel, pero es clave para escalar. Hemos ayudado a otros proyectos y visto que la gente a veces no sabe realmente sus márgenes, que pueden parecer cosas simples pero cuando estás metido en buscar ventas y crear la marca, que son las cosas que hacen despegar el proyecto, puedes perder esta perspectiva. Por eso es importante tener un partner que te ayude con esto.
En cuanto a márgenes, manejamos dos líneas diferentes:
- Para el producto deberíamos buscar entre 60-80% de margen bruto (solo el costo del producto), que es lo común en retail para productos entre $5-$30 USD. Obviamente hay marcas con márgenes gigantes y otras con márgenes más bajos por sus volúmenes y valores, pero estoy hablando de volúmenes promedio.
- Para el margen final (incluyendo costos logísticos, marketing, etc.), buscamos estar entre 20-30%. Esto varía según la industria - los supermercados pueden funcionar con 3% de margen final porque manejan volúmenes gigantes.
Por último, es clave encontrar buenos partners, no solo personas sino empresas que te ayuden a automatizar procesos. En nuestro caso, por ejemplo, los despachos y las ventas. Todo lo que se pueda automatizar hay que hacerlo. Aunque nos demoramos años en lograrlo, hoy pueden caer 10 pedidos mientras estamos una semana fuera y el negocio sigue andando perfecto: el pedido cae en la página web, la publicidad sigue corriendo, el operador logístico lo despacha, y si hay un problema o devolución también se maneja. Incluso si por alguna urgencia no podemos contestar por dos semanas, todo sigue funcionando. Esto es clave porque nos da tiempo para pensar en cómo hacer crecer el negocio, que es lo que más queremos.
La automatización obviamente viene con el tiempo, pero no hacerla cuando ya tienes volumen es un error porque te esclaviza. Es muy importante ir pensando en esto desde el principio para poder escalar de manera saludable.
¿Qué herramientas, servicios o software son indispensables para su día a día?
Usamos principalmente Shopify para nuestra tienda web - es nuestra base para todo. En la parte de email marketing hemos hecho un recorrido interesante: partimos con MailChimp, después nos fuimos a Klaviyo, y ahora estamos volviendo a usar algunas funciones del mismo Shopify.
Para la parte logística nos apoyamos mucho en las plataformas de nuestro operador en Chile. Es muy útil porque ahí nos caen todos los pedidos y también podemos hacer pedidos puntuales, como cuando queremos mandar algo B2B. Por ejemplo, si queremos mandarle calcetines a Bamers, ingresamos el pedido en su sistema.
Para la parte tributaria estamos usando LibreDTE, que se integra súper bien con el SII y Shopify. Tiene planes bien accesibles y nos ayuda con toda la automatización de boletas, facturas, notas de crédito y otros documentos tributarios. Lo bueno es que todo lo que entra por el e-commerce se genera automático.
En marketing digital estamos trabajando con una agencia que se llama Collaborative, usando las herramientas nativas de Meta. Hemos probado varias agencias diferentes, y puedo decir que no existen los atajos en este negocio. Los que te dicen que pueden hacer crecer tu cuenta mágicamente... no conocemos a nadie que le haya resultado. Claro, pueden hacerte facturar el doble metiendo el triple en publicidad, pero en la última línea no tiene sentido.
Y bueno, nuestro mejor amigo es ChatGPT. Nos ha cambiado totalmente la forma de trabajar. Lo usamos para todo: desde la parte estratégica como tirar números de márgenes y tener una contraparte comercial y financiera potente, hasta las cosas más "blandas" como armar posts, descripciones de productos y algunas imágenes.
Incluso lo usamos para comunicarnos mejor con proveedores - no tanto por traducir mails, sino para entender mejor la cultura oriental y enfocar mejor la comunicación. Es una herramienta que nos vuela la cabeza todos los días.
¿Recomendarían algún libro, perfil de redes sociales o sitio web que les haya ayudado a crecer?
A nivel local, trato de seguir a gente que haga cosas buenas desde el marketing. Por ejemplo, me gusta Tomás Girardi de Turbo Market - que arma en LinkedIn buenos casos y análisis, especialmente todo lo que tiene que ver con e-commerce y Meta. También sigo a Oscar de Greenglass.
Y si hablamos de referentes internacionales, hay un tipo que es una verdadera bestia del marketing que se llama Alex Hormozi - tienen que seguirlo sí o sí.
En cuanto a libros, la verdad es que leo de todo. Ahora mismo estoy metido con el nuevo libro de Yuval Noah, Nexus, que habla sobre el flujo de la información, que está bien entretenido y tiene mucho que ver con cómo nos transmitimos las cosas.
Además para inspirarme me han marcado otros libros que quizás no tienen tanto que ver con los negocios directamente. La biografía de Steve Jobs es espectacular, el libro de Nike, Shoe Dog, y Open de Andre Agassi son tremendos libros. Son lecturas más de inspiración que de negocios propiamente tal.
Y bueno, también sigo mucho a David Goggins. Le dicen "el hombre más duro del mundo" y aunque está un poco loco, lo que me encanta de él es que su discurso siempre gira en torno a la disciplina. Y esa ha sido mi clave fundamental para todo lo que he hecho en el último tiempo. La disciplina la aplico en todo: en el deporte, en estar con los hijos, en aprender algo nuevo, en manejar un negocio... todo. Al final del día, la disciplina lo es todo y ha sido el secreto detrás de todo lo que he logrado.